Actualidad
08/05/2023
Ingredientes para una novela romántica
No solo las recetas culinarias necesitan de los elementos exactos en cantidades precisas. Una buena novela romántica juvenil tiene su propia receta y en Loqueleo hemos querido detallar algunos de sus ingredientes:
- Para que haya romanticismo tiene haber Amor, con mayúscula. Ese flechazo, esa atracción o aquel pálpito es el eje a partir del cual se desarrollan los acontecimientos.
- No pueden faltar unos personajes cuyas características te cautiven: una cicatriz, una risa peculiar, esa manía de ordenar las cosas o una afición rara. Los rasgos singulares hoy en día son un plus.
- Tiene que existir el amor, sí, pero si es aderezado con intriga, traición, emociones, conjuros, drama… mejor que mejor.
- Marcada subjetividad y presencia del yo. Se otorga protagonismo al mundo interior de los personajes, a sus sentimientos, estados de ánimo y arrebatos pasionales. Con ellos aprenderemos a reconocer nuestras propias emociones y profundizar en nosotros mismos.
- Ha de ser una historia que conmueva, que enganche, con un ritmo imparable, que nuestro corazón lata tan fuerte que no nos deje oír los diálogos de la novela, un libro que haga agua los helados y te olvides durante un rato que hay vida más allá de tu rincón de lectura.
- La historia ha de estar bien ambientada y esto no solo ha de suceder en las novelas de época. La ciencia ficción y fantasía debe ser creíble. Los paraísos vacacionales nos deben oler a playa y un paseo por el bosque nos contagiará de esa sensación de paz.
Y ahora que ya sabes los ingredientes, ¿te atreves a cocinar una o prefieres ser mero comensal y degustar? Si lo tuyo es la última opción, aquí te dejamos algunas propuestas.
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