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El gran sueño

Entrevista a Jordi Sierra i Fabra

Con motivo de la publicación de su nueva novela, hemos hecho una breve entrevista al autor.

Jordi Sierra i Fabra¿Qué te ha impulsado a escribir sobre esta aventura?

Cuando se habla de la emigración de fines del siglo XIX y de los miles de seres que llegaron a Nueva York, siempre se menciona a italianos, irlandeses, chinos, polacos, alemanes, rusos... ¿Y los españoles? Los hubo. Decidí contar cómo era ese gran sueño, la vida en la Gran Manzana (que entonces más bien era un melón por abrir o una fruta ácida) y, por extensión, en el interior del país, los territorios que todavía no eran ni estados. Mis cinco personajes reflejan la dureza del cometido. Cinco jóvenes llenos de vida.

¿Alguna vez pensaste en emigrar para poder alcanzar tus sueños?

Pues... esto es algo que todavía no había contado nunca: entre 1968 y 1969, cuando trabajaba en una empresa de construcción y luchaba contra mi propio padre por mi sueño de ser escritor, pensé en trasladarme a Madrid, donde ya se me empezaba a tener en cuenta por mis pinitos escribiendo de música. Sin embargo, decidí que, de alguna forma, eso sería una huida, y que si quería alcanzar ese sueño, tenía que luchar en mi propia casa y en mi ciudad. Así que me quedé en Barcelona. El tiempo me dio la razón.

En tu opinión, ¿qué significa la experiencia de la emigración? ¿Qué se gana y qué se pierde?


Es una pregunta difícil y no hay una respuesta exacta. El que muere en el intento lo pierde todo. El que consigue llegar a destino puede que se vea abocado a una vida igualmente dura. Probablemente pocos consigan mejorar su situación, aunque, por lo menos, si logran asentarse en una nueva tierra, sus hijos tendrán mejores oportunidades y muchos luchan simplemente por eso. Pero tener que huir de tu mundo por hambre o guerra ha de ser terrible.

¿Por qué has elegido este título, El gran sueño? Todos somos soñadores, y por lo tanto, buscadores. Perseguimos, ansiamos, luchamos... Desde el primer momento supe que ese tenía que ser el título de la novela, porque no se trata solo del viaje en barco, sino de lo que les pasa a mis personajes en Nueva York, la implacable dureza de su nuevo presente y, luego, en el resto de la historia. Son cinco vidas que acaban mezclándose por azar del destino y por las redes invisibles del amor. A fines del siglo XIX América era realmente El Gran Sueño, la tierra de las oportunidades. El país se hizo grande gracias a esa mezcla de culturas y razas. Deberíamos aprender hoy de ello.

¿Es tu novela más ambiciosa?

Por lo menos es una de a las que más tiempo he dedicado. Desarrollar la historia en paralelo a la investigación de cómo era ese Nueva York de 1881 me llevó dos años. Todos los detalles son reales, calles, casas, el precio de las cosas, no creo que se me haya escapado nada. Es más: me fui a Nueva York en diciembre de 2014 (en plena ola de frío) a escribir el guion final de los 270 capítulos. Pero visto el resultado, sé que valió la pena. Estoy orgulloso de este trabajo. Solo espero que los lectores lo valoren, porque es algo más que una novela de temática social, histórica, de aventuras, amor o cualquier otra etiqueta. El gran sueño es un mundo en sí misma. La definiría como «obra total».

¿Cuál es tu gran sueño? ¿Lo has cumplido ya?

A veces digo que todos mis sueños se han cumplido, y con creces, con generosidad. He tenido una vida plena más allá de lo que anhelaba de niño. Pero siempre quedan sueños por cumplir, porque mientras hay vida tenemos la obligación de seguir porfiando, hasta el último día. Mi gran sueño hoy sería llegar a los cien años y con plena salud para poder seguir escribiendo.